Decenas de litronas y otras botellas de alcohol, latas, botellas de agua, cristales a miles, pero también pañales, preservativos, sillas y mesas rotas y hasta un colchón han convertido el merendero de la presa del Jerte en un vertedero.

Lo que el ayuntamiento instaló para comodidad de los muchos placentinos que utilizan esta zona verde para disfrutar de un día de campo, pasear a sus perros o ir de pesca, se ha convertido en un espacio no apto para el paseo o tomarse un bocadillo y mucho menos para que jueguen los niños. Todo por el peligro de clavarse algunos de los muchos cristales que se acumulan y porque "esto es antihigiénico por los gérmenes de los dodotis usados que hay por aquí", se quejaba un paseante.

La basura ha ocupado tanto las mesas del merendero como su entorno porque es fácil ver una mesa repleta de cristales y, en el suelo, otros desperdicios y hasta mobiliario. Los usuarios también se quejan de que la zona se ha convertido en un picadero , porque se acumulan decenas de preservativos usados, cajas de estos y hay hasta un colchón.

CARTELES INUTILES La zona depende del ayuntamiento y, paradójicamente, hay carteles de prohibido tirar basura, por eso, desde la asociación ecologista Oikós --formada por exmiembros de Ecologistas en Acción-- consideran que hay dos razones para tanta acumulación de basura: el incivismo ciudadano y la dejadez municipal.

"Está claro que hay muchas conductas incívicas y hay que incidir mucho en la concienciación, pero también es fundamental el abandono que existe de la zona por parte del ayuntamiento", señalan desde la asociación. Lo mismo opinan los paseantes consultados, que se quejan, por un lado, de "lo guarra que es la gente", pero también de que la basura no se limpie "porque esto no se hace en dos días, esto lleva así meses y el ayuntamiento, pasa", dicen.