Juan Ramón Santos dirige el teatro Alkázar de Plasencia, preside la Asociación de Escritores de Extremadura y coordina junto a Nicanor Gil el Aula de Literatura José Antonio Gabriel y Galán, pero además es escritor y su última novela, El síndrome de Diógenes, acaba de ganar el premio Felipe Trigo de Villanueva de la Serena en la categoría de narrativa corta.

El galardón, dotado con 6.500 euros, lo ha recibido por una obra que, como él mismo explica, tiene influencias «de La Metamorfosis de Kafka y El Lazarillo de Tormes». Porque su personaje principal es «un cínico contemporáneo», entendiendo cínico con su significado etimológico de perro. Así, el protagonista sufre una «metamorfosis moral» y va adquiriendo «costumbres de perro» a medida que avanza la novela.

Juan Ramón, o Juanra, como se le conoce, señala que la obra surgió en cierta manera del Felipe Trigo, porque el año pasado formó parte del jurado y, ante la categoría «rara» de novela corta, que exige escribir una obra de entre 50 y 75 páginas, se propuso intentarlo. Buscó en los clásicos y encontró La Metamorfosis y El Lazarillo. Presentó la novela y el círculo se ha cerrado al ganar el premio. «Estoy muy contento porque este premio tiene más repercusión de la que pensaba y la gente lo valora mucho. Da más difusión de tu trabajo». De hecho, cuenta «con diez libros ya publicados y había gente que no sabía que escribía, hasta ahora».

Tres novelas, cinco libros de relatos y dos de poesía ha publicado ya y, a pesar de que, al tener que compaginarlo con su vida profesional y familiar, solo puede escribir «a salto de mata, los domingos o mientras mi hija hace los deberes», confiesa que tiene varios proyectos «muy avanzados, que podría rematar».

Tras el verano, el trabajo le ha obligado a parar, pero está deseando «arrancar» de nuevo. Apunta que escribe «sobre todo para mí mismo, lo que a mí me gusta, otra cosa es que entres en sintonía con los lectores» y, después de esta entrevista, se despide para volver de nuevo a su trabajo en el Alkázar.