La hija de Yoli no ha vuelto a pisar la calle Dolores Ibárruri desde que le agredió una multitud de vecinos hará once días y sale y vuelve a casa por la cochera. "Aquel día llamamos a la policía para que nos llevara al centro de salud porque nos daba pánico salir de casa" confesó ayer la madre, también golpeada cuando fue a socorrer a su hija, de 17 años, que todavía tiene el susto en el cuerpo. Tanto que mientras la madre, empleada de limpieza del hospital, y el padre, camionero, van a trabajar, sus dos hijas se van con la abuela a San Miguel al salir de clase. "Da miedo, pero dónde nos vamos a pagar una hipoteca tal y como está la vida", resume la mujer, que no se atrevió ni a mostrar su rostro.

Este el testimonio de una familia trabajadora que se siente impotente ante los problemas de convivencia, relacionados con la droga según aseguran a pie de calle en el barrio de Gabriel y Galán. La hija pequeña, de 13 años, se salvó de la agresión porque un vecino se la llevó a casa por la cochera mientras una multitud cargaba contra su hermana por recriminar a otro menor que tirara piedras a su perro. "Su familia, en lugar de poner paz, vino a estampar a mi hija contra la pared, la tiraron al suelo, la golpearon y la reventaron el labio", dice mientras muestra el parte médico y la denuncia.