Nadie mejor que la Virgen del Puerto para estrenar la recién restaurada catedral y junto a ella, miles de fieles, que quisieron acompañarla ayer durante todo el recorrido desde su ermita del Puerto hasta la seo.

Hacía siete años que no bajaba a la ciudad y el fervor se hizo notar desde la misma salida del santuario, cargada por miembros de la cofradía de la Virgen del Puerto, con gritos de ¡Viva la Virgen del Puerto! y ¡Viva la Canchalera! y el ondear de cientos de pañuelos blancos en su honor.

La patrona estrenó andas y salió vestida de Divina Pastora para recorrer la carretera del Puerto hasta el hospital. Allí paró para recibir la lista de los ingresados. Su siguiente escala fue en el asilo, donde las ropas de pastora dieron paso a la corona y el manto de gala. Las demostraciones de cariño fueron continuas durante todo el recorrido --la fachada del colegio de San Calixto estaba llena de pancartas y dibujos de la Virgen-- y cerca de 400 fieles se encargaron de transportarla por todo el camino, en turnos de 24 personas.

La plaza Mayor se llenó para recibir a la patrona. Allí dijeron unas palabras la alcaldesa y el obispo mientras numerosas personas se agolpaban ante la catedral para el momento más esperado: la entrada de la Virgen a la renovada seo, seguida por la multitud de los fieles. La jornada terminó con un acto mariano.

Hoy, a las 11.30 horas, habrá una eucaristía solemne presidida por el obispo, a la que asistirá el primer consejero de la Nunciatura del Papa, obispos y arzobispos y tendrá lugar la dedicación del nuevo altar.