Desde el pasado miércoles, cuando comenzó el festival con el certamen de Amigos del Folk, de los que resultaron ganadores los gallegos Matamá Ennsemble, hasta ayer sábado, Plasencia no ha parado, sobre todo cuando cae el sol. Cuesta menos salir a la calle y el calor da un respiro para poder disfrutar del buen ambiente y eso se notó, especialmente en los establecimientos turísticos, que sí han hecho su agosto.

Mansaborá Folk dio una vuelta de tuerca a las tradicionales rondeñas, Hevia deleitó al público con las tradiciones de su Asturias con su toque personal y Uxu Kalhus fue el broche final perfecto para la jornada del jueves.

El viernes Oreka TX enseñó al público que es una txalaparta e hicieron viajar con aires de otras culturas. A continuación Urban Folk Quartet demostró porque ganaron el año pasado el certamen Amigos del Folk y para finalizar Lunasa desde Irlanda hizo que Torre Lucía bailara a su son.

El sábado la orquesta Coetus consiguió que el público se animara con su variopinta percusión. Los siguientes en pasar por el escenario fueron Jose Carlos Molina y Judith Mateo, que con su increíble voz supieron cómo mantener el ambiente. El final del festival fue para Wolfstone, quienes hicieron que Torre Lucía saltara con su música, un híbrido de celta y rock.