Son un ejemplo de convivencia vecinal. Las asociaciones de vecinos de Miralvalle y Rosal de Ayala comparten sede, pero también todas las actividades que organizan en el edificio, que ofrecen a los vecinos de uno y otro barrio. Así, solo con los cursos que han programado este año, han conseguido enganchar a unos 300 vecinos.

Por eso, el presidente vecinal de Miralvalle, Agustín Benavente, subraya que "hay muy buena relación entre las dos asociaciones. Nos distribuimos, nosotros vamos por la mañana y ellos por la tarde". También y dado el número de participantes de los cursos y talleres, Benavente destaca que "son vecinos muy participativos y vienen a todo lo que les ofrecemos".

La actividad que más éxito tiene cada año es la gimnasia de mantenimiento, donde hay un 100% de mujeres y las participantes superan el centenar. "Tenemos tres turnos de mañana y tres de tarde y están todos a tope", destaca el presidente.

A esto se suman los bailes de salón, con más de cien inscritos el año pasado; la informática; las manualidades; el patchwork; el encaje de bolillos o las clases de estética. A esto hay que sumar las excursiones y semanas culturales que organizan ambas asociaciones, también con éxito de participación.