Los controles, sin embargo, no han logrado disuadir a un cuarto de los jóvenes motoristas de la importancia de llevar puesto el casco en la cabeza y esto no es una obviedad porque son muchos los que lo llevan colgado del brazo o guardado. Por eso, cuando el policía de turno les para, la multa de 48,08 euros les cae, pero le dejan seguir su camino con el casco puesto en su sitio. Sólo 22 vehículos fueron inmovilizados en el depósito municipal de Capote en los controles habidos estos últimos cuatro meses.

Aún así, el concejal se mostró confiado en que el bolsillo sea cada vez más disuasorio, pero insistió en que por el bien de los motoristas a los que tanto se les resiste el uso preceptivo del casco, que no por la recaudación municipal. De hecho, desde su llegada a la concejalía estos controles han aumentado, siempre según el informe.