Antes, durante y después. El ambiente festivo se dejó ayer ver en la ciudad, pese a la lluvia, que el público desafió para no faltar a la cita con Extremoduro. Los que sí faltaron fueron los teloneros, Doctor Deseo. Según el ayuntamiento para no tentar a la suerte si la lluvia volvía a hacer aparición.

Corros de gente alrededor de la ciudad deportiva incluso antes de abrir las taquillas. Colas para entrar y, por fin, suena la música. La hostelería del centro da buen balance del día. Pendiente queda el de la noche vista la petición de los propietarios de los bares de copas para cerrar más tarde y aprovechar el tirón de Extremoduro. Hasta vecinos de Cáceres cambiaron Extremoduro por ferias aunque algunos placentinos se fueron la víspera al concierto de Salamanca porque compraron la entrada antes de conocerse que también iban a venir a Plasencia.

Gente de las comarcas, de aquí y de allá y muchos, muchos paisanos de Robe Iniesta no quisieron perderse ayer su vuelta a casa. El público lo aclamó con verdadera devoción y quién, de los fieles seguidores de la banda, no coreó los clásicos. Expectantes por hacerse con el nuevo disco, que el artista hubiera querido ver en el mercado antes de iniciar esta macrogira por España. Seguro que más de uno ha puesto a buen recaudo la entrada. Un recuerdo que también guardará el artista, aclamado en la tierra que lo vio nacer hace 46 años.