Ingresó en UGT y las Juventudes Socialistas en el año de la República, 1931, y pese a su azarosa vida se mantuvo fiel a sus principios hasta el final, en que una bandera republicana cubría ayer el féretro por expreso deseo de un hombre que moría el domingo a los 90 años.

"Hasta el día de su muerte ha estado pagando su cuota de UGT" contaba uno de sus tres hijos, Regino Ojalvo, para destacar el carácter de este histórico sindicalista y patriarca del PSOE, que inculcó a sus hijos la importancia de "ser honrado y respetar las ideas". De hecho, desde febrero de 1936 hasta la guerra civil fue delegado sindical y por ser militante socialista fue detenido.

La primera parte de la condena la cumplió en el parque de Los Pinos y fue así uno de los muchos hombres que trabajaron duramente en su construcción. Esta experiencia le hizo convertirse años después en promotor del nombre actual para sustituir al de parque del Generalísimo. También pasó por cárceles de Toledo y Burgos y precisamente en prisión fue obligado a casarse por la iglesia, ya que aunque se casó en abril del 36 por lo civil, el régimen le amenazó con la pena de muerte si no lo hacía por la iglesia y no le quedó otro remedio.

Pero nunca dejó de ser socialista y afiliado a UGT, por lo que en 1996 recibió un homenaje al que asistieron Cándido Méndez y Juan Carlos Rodríguez Ibarra y el propio Felipe González quiso saludarle en marzo del 2000 durante una visita electoral.