"Podía haber pedido auxilio aunque fuera por el balcón, que cualquiera la hubiéramos ayudado" se lamentaba Leo, de la tienda que está a pocos metros del piso donde fueron hallados.

Por qué no lo hizo y por qué estaba la llave echada por dentro será materia de investigación aunque algunos vecinos sospechaban ayer que la falta de papeles hubiera podido llevar a la mujer a tener el niño en casa. Llama la atención que en el piso no había cuna, ni ropa de bebé. Es la dramática historia de una joven inmigrante de origen marroquí; la comunidad de extranjeros más numerosa con 205 empadronados.