La solemene procesión del Encuentro cerró ayer una Semana Santa protagonizada por la lluvia que impidió la salida de algunas hermandades y cofradías. Pero la situación meteorológica mejoró el Domingo de Resurrección y la imagen de María Santísima del Rosario en su Mayor Dolor pudo encontrarse con Nuestro Padre Jesús de la Pasión, en una plaza Mayor abarrotada de público.

A las once de la mañana, Nuestro Padre Jesús de la Pasión salió de Santo Domingo acompañado por cientos de nazarenos. El cortejo siguió por la plaza de San Nicolás, rincón de San Nicolás, calle Blanca, plaza de la Catedral, Las Claras, rincón de San Esteban y plaza Mayor.

Durante el recorrido el acompañamiento musical llegó de la mano de la banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno de Cáceres, que despertó los aplausos del público ante los acordes de corneta que guiaban el paso de los costaleros del paso de Jesús.

Minutos después de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, salío de Santo Domingo, acompañada por la banda de música Ciudad del Tormes de Salamanca, María Santísima del Rosario en su Mayor Dolor, pasó por la plaza de San Nicolás, para continuar por la calle Zapatería hasta llegar a la plaza Mayor en torno a las doce y media de la mañana.

EL ENCUENTRO Pasos y cofrades fueron avanzando por turnos y acompañados por constantes aplausos del público se produjo el esperado Encuentro frente a la fachada del ayuntamiento.

La Madre y el Hijo resucitado, fueron bailados al ritmo de la música, entre lágrimas de emoción y vivas, de los asistentes.

Ante la aglomeración de gente, un dispositivo especial de Cruz Roja estuvo pendiente en todo momento por si eran necesarios sus servicios.

Terminado el Encuentro, el cortejo se reunificó y regresó por la calle Zapatería hasta el templo de Santo Domingo, con la satisfacción de haber conseguido acompañar a sus pasos titulares un año más.