La pequeña Tonischa fue a nacer el miércoles en una furgoneta con la única ayuda de su padre y la experiencia de su joven madre, Manuela, que con veinte años es el quinto hijo que trae al mundo. Quizá por eso no hubo complicaciones más allá de las propias de ponerse de parto en el coche porque no habían hecho más que salir de Cabezuela, donde trabajan cada año en la recolección de la cereza.

Ambos se recuperan en el Hospital Virgen del Puerto aunque la niña permanecerá varios días en observación en la unidad de Neonatos para cuidar de que evoluciona con normalidad, según explicó la pediatra Rosa García. Pese a lo aparatoso del nacimiento, madre y hija se encuentran en buen estado.

El padre cortó el cordón umbilical al filo de las nueve de la noche en plena carretera del Valle y se las apañó para llevarlas hasta el hospital, donde la policía local ayudó al personal de Urgencias a sacarlas. Luego todo fue rodado y Manuela sonreía ayer en su habitación de Maternidad. Dolorida, pero agradecida por el trato recibido y con la única pena de no poder coger todavía al nuevo miembro de esta larga familia de temporeros portugueses.