A tal punto llega la inseguridad que viven los comercios que muchos no se molestan siquiera en cambiar los escaparates dañados porque están convencidos de que "a los dos o tres días van a estar igual, para qué gastarse el dinero".

Esta es la actitud general de los empresarios de la calle del Sol que han sufrido daños en los escaparates, ya que los rotos no hay otra opción que cambiarlos. Así, muchas de sus tiendas conservan los rayones realizados por desconocidos los fines de semana. Esta práctica parece haber parado en los últimos meses --pero no la rotura de escaparates-- por lo que los comerciantes se resisten a cambiar los cristales. De hecho, un comerciante dice haber visto esta semana "a un joven intentando romper uno a pedradas".