Ayer entró en funcionamiento la nueva planta de reciclaje de residuos, que supone el cierre de la escombrera de la carreter de Salamanca, ilegal desde hace años. La nueva planta se enmarca en un ambicioso proyecto auspiciado por la Diputación Provincial de Cáceres y que se completa con 15 plantas de transferencia y 125 puntos de acopio repartidos por la provincia. Todo, con una inversión de 10,6 millones de euros.

Algo más de la mitad los ha invertido Araplasa en la planta de Plasencia, su maquinaria y los cinco camiones portacontenedores que componen la flota de vehículos. En la planta trabaja una plantilla de 5 personas, más los conductores de los camiones y la empresa prevé contar con una persona en cada planta de transferencia, según explicó ayer su gerente, José Manuel Mateos.

La nueva planta es una apuesta por el medioambiente que lleva aparejada el cierre, previsto para esta semana, de la antigua escombrera y su posterior sellado. Sobre este aspecto, la diputación provincial ha informado de que está prevista la adjudicación del sellado a finales de mes.

En cuanto a la planta, está en el polígono industrial, junto a la cantera de Araplasa y ocupa una superficie de 8 hectáreas. Cuenta con una fase de triaje, que consiste en separar los distintos residuos que lleguen para "que nos quede lo más parecido a material de construcción", explica Mateos. Después, los residuos pasarán por un molino de trituración para reducir su tamaño con el objetivo de que "el 90% se pueda reutilizar para relleno de zanjas, debajo de soleras de hormigón etcétera". En una tercera fase, se separan los residuos por tamaños.

Las instalaciones disponen también de un edificio de control con una báscula de pesaje de los residuos porque el peso dirá el precio a pagar, una tarifa por tonelada acordada por la diputación y que oscila entre los 3,15 y los 13,5 euros por hectárea en función de si es un residuo limpio (todo hormigón, por ejemplo), mixto (hormigón más hierro, a 9 euros la tonelada) o sucio (muchos tipos de residuos mezclados), el más caro.

La empresa es consciente de que llevará tiempo concienciar de la obligación de pagar por dejar los residuos, algo que hasta ahora no se hacía, pero calcula que el coste es "el 0,4% de la ejecución material de la obra". La planta abre de 8.00 a 13.00 y de 14.00 a 17.00 horas y cuenta con un aula medioambiental para recibir a escolares y dar charlas sobre la importancia del reciclaje y de cuidar el medioambiente.