Tres años después de que una sentencia del Tribunal Supremo obligara a Defensa a devolver los pabellones militares al ayuntamiento, aún no son de propiedad municipal. Lo ha desvelado la alcaldesa después de que todavía no se haya actuado en ellos para destinarlos a pisos para estudiantes, como aparece en el programa electoral. A esto se suma que por su ubicación estratégica --entre la avenida Virgen del Puerto y la calle Cabezabellosa-- no dejan de salirle novias porque los docentes de la cercana universidad han pedido su uso para expandir los servicios del centro mientras que la asociación de vecinos de Miralvalle los demanda para una sede vecinal y un hogar de mayores.

Sin embargo, nada de esto podrá hacerse de momento porque "todavía no son municipales, así que no le hemos podido dar respuesta porque no es nuestro. El ministerio tiene la obligación de cedernos los pabellones libres, pero aún hay un edificio ocupado por familias, por lo que la transferencia no se ha producido", explicó Elia Blanco.

Son doce las familias de militares retirados que viven en los pabellones desde hace una media de veinte años. Desde que salió la sentencia, están preocupados por su situación que de momento no les han aclarado mientras la alcaldesa afirma que no han reclamado los pabellones porque "estamos tratando de no causar trastornos a los vecinos".

Así las cosas, su destino aparecerá de nuevo en el programa electoral, pero quizá no ya como pisos para estudiantes porque, según Blanco "con las viviendas de 60.000 euros, ahora el acceso de los jóvenes a una vivienda es más asequible". Vistas las peticiones de unos y otros colectivos, solo desveló: "Estamos estudiando las distintas propuestas y buscaremos las alternativas".