Grandes manchas oscuras de grasa y de chicles y restos de la movida nocturna es lo que lucen los pavimentos recientemente reformados de la calle del Sol, Talavera y Las Claras y la plaza de San Esteban, tan solo se salva parcialmente la rúa Zapatería. Así, no es necesario realizar la prueba del algodón parar comprobar que Don Limpio no ha sido un turista de la ciudad este verano.

Miles de chicles, como si de un estampado de lunares se tratase, pueblan los firmes de estas calles, la más afectada por esta plaga, la del Sol. Quizás, porque fue el primer suelo que se renovó o, porque sea la más transitada. En cualquier caso, todas aparecen con esta estampa que recibe a los turistas.

Pero no solo estos son los anfitriones de los visitantes de la ciudad. Grandes manchas que oscurecen el firme se hacen un hueco entre los chicles, así como también, restos de la movida nocturna, como orines o alcohol, que se reflejan en el suelo.

Precisamente, los turistas que se dirijan a contemplar la catedral no solo serán impresionados por la belleza del edificio. Al lado de la oficina de turismo, en la calle Santa Clara, el umbral de una puerta acoge diferentes desechos y da una sucia imagen de la ciudad a los visitantes que accedan a la catedral por esta vía.

Comerciantes de estas calles coinciden en que el ayuntamiento debería limpiar más en profundidad. "Está fatal, no se limpia en condiciones desde que la reformaron y una calle nueva necesita un buen limpiado", criticó el propietario de una tienda de la calle Talavera.

No obstante, los comerciantes no solo culpan de la suciedad al ayuntamiento, sino que consideran que gran parte de ella la tienen "los ciudadanos que aún no saben que los chicles se envuelven en un papel y se tiran a la papelera", dijo uno de la calle del Sol. Aún así, están de acuerdo en que un sistema con agua a presión podría evitar los estampados de lunares.