Un particular ha solicitado hasta dos veces por escrito al ayuntamiento que retire de su fachada la nevera de acero que sirve de soporte al sistema de pivotes magnéticos en el centro sin tener que recurrir al juzgado porque nadie ha pedido permiso para instalarla mientras que la concejala Raquel Puertas estudia ahora enterrarla para evitar el impacto visual.

La edil reconoció ayer que ha renunciado a retirar las conocidas como neveras de la vía pública, como era su intención, "porque la única que molesta es esta de la calle Talavera, de la que tengo dos escritos, y no ha habido más quejas de ninguna otra". Sin embargo, insiste en que no recepcionará la obra hasta disponer de un informe técnico que confirme si la instalación se ajusta o no al pliego de condiciones porque sigue siendo de la opinión de que supone un fuerte impacto visual.

Mientras tanto no podrán funcionar los nuevos pivotes que regularán el acceso al centro mediante un mando a distancia, si bien tampoco la concejalía de Tráfico ha repartido todavía las tarjetas a los residentes.