Oscar García es un joven empresario placentino que lleva tres años luchando con la administración local para que le concedan la licencia de apertura de su negocio y además tiene que lidiar con una queja vecinal por ruidos, que ha propiciado que su taller lleve precintado durante más de 6 meses.

Hace más de dos años, Oscar García, delineante, inauguró Garós Artesanía del Vidrio, en la avenida del Valle número 43. García abrió sin que le hubieran concedido la licencia de apertura, aunque la había solicitado meses antes y había pagado las tasas correspondientes. Una vecina denunció en abril de 2009 ante el ayuntamiento que las máquinas de Garós hacían más ruido del permitido. 13 meses más tarde, la policía precintó el local "por falta de licencia de apertura, y sin que yo estuviera presente" explicó García.

La situación se ha convertido en un auténtico calvario para el empresario, que lleva presentados ante el consistorio multitud de documentos. Desde una descripción detallada de las obras que realizó, "a pesar de que eran obras menores, y no tenía obligación legal"; hasta el presupuesto; un proyecto de legalización de obra y un certificado de aislamiento acústico, visado por el Colegio Oficial, que establece que el nivel sonoro de su taller es inferior al máximo permitido. El problema, afirma, es que la vecina que denunció al empresario no ha permitido que los técnicos accedieran a su casa para realizar las mediciones de ruido necesarias, según García, "porque ahora exige una orden judicial".

García mantuvo ayer otra reunión con un técnico industrial del ayuntamiento y también lo ha hecho con el edil de Obras, Blas Raimundo y con el teniente de alcalde, Francisco Barbancho. "Me volvieron a solicitar medidas correctoras en mi local, pero estoy seguro de que seguirán poniendo excusas para mantener precintado mi negocio", señala el joven, que ha denunciado el "silencio administrativo y la absoluta negligencia del ayuntamiento" ante el Defensor del Pueblo y también ha enviado un escrito al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara.

AGRAVIO COMPARATIVO "Abrir un negocio sin licencia es moneda común y la administración lo sabe". En este sentido, García se queja de que el concejal Francisco Martín ha afirmado que dará el plazo suficiente a los bares de la zona centro para regularizar su situación, "mientras que a mí, el ayuntamiento no me deja siquiera abrir mi tienda al público, para poder vender mis productos, aunque me tuviera precintada toda la maquinaria".