Manuel García Matos, el histórico musicólogo y folclorista placentino ya tiene el reconocimiento que merecía. Después de un último año repleto de actividades aprovechando el centenario de su nacimiento, ayer, el colofón fue un acto de clausura en el que no faltó la música y el baile, ni la emoción, de la mano de sus cuatro hijas y otros familiares.

No hay colectivo musical que no haya querido colaborar en este acto. Así, todas las corales vocales y de baile de los hogares de mayores y el grupo de folclore Chispa participaron en un pasacalles que culminó a las seis de la tarde en la plaza de la catedral. Allí, ante el complejo Santa María, donde se ubica el conservatorio que lleva el nombre del folclorista, se inauguró la escultura de cuerpo completo realizada para recordarle; que ha costado 25.000 euros; en cuyo coste han colaborado además particulares como Abdón García y colectivos y que ha ejecutado el escultor Juan Pérez.

Fue uno de los momentos emotivos de la jornada puesto que la escultura plasma al musicólogo en una de sus típicas actitudes, con una carpeta bajo el brazo. Ninguna de sus hijas quiso falta a su homenaje, incluso una que llegó procedente de Estados Unidos para la ocasión.

Carmen García, una de ellas, habló en nombre de la familia para agradecer el reconocimiento a su padre y recordarles. También el diputado de Cultura y el alcalde, Fernando Pizarro tuvieron palabras de elogio para el musicólogo.

Las palabras dieron paso de nuevo a la música, de la mano de los grupos Voces de Plasencia; el Orfeón de Plasencia y los Coros Extremeños, de los que partió la idea de dedicar un monumento a su fundador y que mantienen muy vivo su legado. Interpretaron temas del cancionero de García Matos a seis voces.

Y de la música al baile, gracias a una exhibición, de vuelta a la calle, a cargo de los Coros Extremeños y del Grupo de Folclore Chispa. Fue el colofón a unos actos entre los que destacan la exposición en el museo etnográfico que ahora se puede ver en Cáceres; un cómic para acercar la vida de este placentino a los escolares y el sello diseñado por el pintor Enrique Jiménez Carrero, entre otras.