Una perra abandonada ha hecho del barrio del Pilar su casa. Ya la conocen los vecinos y también los operarios de la perrera, que llevan dos años detrás de ella y aún no han logrado cogerla. Su historia no sería muy diferente de la de otros perros abandonados si no fuera por la odisea por la que ha pasado el personal de la perrera para intentar sacarla de una tubería en desuso donde se ha refugiado con varios cachorros.

La tubería se encuentra junto al quiosco de la calle San Antón y durante todo el lunes y la mañana de ayer los operarios han estado tratando de sacar a la perra y a sus cachorros. Lo han hecho incluso improvisando un lazo de ocho metros de largo, pero sin resultados.

Todo el proceso ha levantado expectación en el barrio porque los trabajadores han tenido que echarse en el suelo y, desde ahí, limpiar bien la tubería para poder llegar hasta la perra y sus cachorros. Tras varios intentos fallidos, ayer recurrieron al encargado de obras municipal porque pensaban que la tubería estaba atascada por un extremo, pero al final "resulta que es un tubo ciego que está ahí porque antes pasaba un arroyo por la zona".

Al final, la perra se ha salido con la suya porque tanto el personal de la perrera como la Protectora de Animales han decidido que permanezca en la tubería hasta que los cachorros crezcan, ya que "ahora no pueden andar y, si la sacábamos a ella, ellos iban a morir". Eso sí, han encargado a los vecinos del Pilar que cuiden de la familia: "Les hemos pedido que les den de comer y a los niños que no les tiren piedras".