Los galgos que aquí se abandonan, en ocasiones medio muertos, se los rifan en Bélgica. Hasta su Casa Real ha adoptado uno de los que hasta ahora habían sido recogidos de la calle en la perrera municipal. Tal ha sido el cambio para uno de los cuatro primeros galgos dados en adopción a través de la asociación internacional Salvando galgos por mediación de la Protectora de Animales, pero a sus tres compañeros de viaje tampoco les ha ido nada mal.

Otra seguro que también vive ahora como una reina en el palacete de una princesa belga que vive en Francia y el resto han acabado en la mansión de un banquero y en el hogar de una acaudalada familia con numerosos hijos pequeños con los que jugar. "Es que son animales muy dulces, obedientes y elegantes que en Europa sí saben valorar mientras que aquí los abandonan los cazadores cuando ya no les sirven para ir a por liebres, incluso hay quienes les ahorcan" denuncia Margarita Manzano, de la asociación protectora de animales y plantas, que se encarga de este nuevo programa de adopción internacional.

Ahora en la perrera municipal, Luciano y Jose atienden a otros tres galgos a los que Margarita les está buscando ya hogar. "Aquí nos llegan en puros huesos, pero les volvemos a la vida". Pero a una vida completamente nueva, por lo que se ve, en la que sus nuevos propietarios pagan 150 euros por cada ejemplar con el compromiso de que los devolverán a la asociación protectora si no pueden atenderlos.

Los perros que muchos españoles abandonan en la cuneta se convierten, de verdad, en animales de compañía. Margarita les hace en la perrera municipal un book para poder colgar sus fotografías en internet y para que puedan ser elegidos por sus nuevas familias, a quienes les llegan en perfecto estado de salud. Después un matrimonio belga viene a España a recoger cuantos galgos hayan sido adoptados. Si son muchos, viajan en un autocar adaptado a los galgos con cabida para sesenta, y si son pocos en avión.

"Cuando llegan es una fiesta" resalta dulcemente la misma Margarita que endurece su tono de voz para condenar el maltrato. "¿Por qué el español es tan cruel con los animales? Que aprendan de los belgas y empiecen a adoptar también a los galgos.