Que no vuelva a pasar. Es lo que quieren los propietarios de la tienda de alimentación Sediaco que resultó afectada por la quema de contenedores de la madrugada del domingo en Miralvalle y también los vecinos del bloque en el que se ubica. Por eso, los primeros acudieron ayer al ayuntamiento para remitir un escrito en el que solicitan el traslado de los contenedores anexos a su tienda, en la calle Cristóbal Colón. También los vecinos están dispuestos a firmar una petición similar.

Se da la circunstancia de que el dueño de la tienda, Paco González, ya remitió un escrito en septiembre del 2009 en el que pedía al ayuntamiento que alejara los contenedores, pero "no me hicieron caso, incluso hablé con la alcaldesa por teléfono, pero los dejaron aquí y ahora ha pasado esto", subraya.

Entonces y tras consultarlo con los servicios veterinarios que acuden al establecimiento, advertía de una "situación anómala que repercute gravemente en la limpieza y salubridad": la existencia de cinco contenedores a un metro de distancia de las ventanas laterales de la tienda, donde hay productos de alimentación, pero también de limpieza, que, como recordaba González ayer "son inflamables y, de haber entrado las llamas, esto habría explotado".

Además, ayer subrayaba que en verano, el hedor "es insoportable", motivado también por el incivismo de vecinos que "tiran la basura a cualquier hora y dejan los contenedores abiertos".

En su escrito del 2008, incluían fotografías y planteaban otra ubicación. Ahora, también hacen una propuesta, trasladar los contenedores al entorno de la plaza de la Constitución. "Podían dejar el espacio de tres aparcamientos para los contenedores y no afectarían a nadie porque no hay ni comercios ni edificios al lado, es mejor buscar una solución que no afecte a las personas porque una vida ya no se puede recuperar".

Es lo que opinan los vecinos del bloque consultados ayer y, en especial, la familia de seis miembros, un matrimonio y cuatro hijos, uno de ellos de 15 años, que vive en el piso afectado por las llamas.

Estas no llegaron a entrar en la vivienda, aunque sí el humo, sobre todo cuando los bomberos tuvieron que abrir las ventanas para comprobar el estado del aparato del aire acondicionado, que ha quedado inservible y afectadas también las persianas, ventanas y cortinas.