Mamen López es una dependiente de 53 años asidua a sus paseos en silla de ruedas por Plasencia que, debido a la covid, ha tenido que reducir al mínimo. Su madre tiene más de 80 años y lamenta que lleva «un año entero encerrada en casa». A Mamen le pusieron la vacuna ayer en el recinto ferial. «Ya tenía ganas, para estar más tranquila y por su familia, porque son mayores», contaba ayer otro familiar mientras esperaba si la primera dosis le hacía reacción.

Al lado, Ana María Baldón junto a su marido, recién vacunado. «Le tienen que operar, pero hasta que no le pusieran la vacuna no podían. Yo he tenido mucho miedo a contagiarme, no estaba tranquila».

Pero eso ha cambiado, al igual que para todos los vacunados consultados por este periódico ayer. «Esto te da más tranquilidad. Mi madre casi no sale a la calle, pero yo podré salir un poco más relajada», señalaba la hija de otra dependiente.

María Justi Díaz, que cuida a una mujer de 96 años, se sentía también ayer "fenomenal, más tranquila, por ella, por sus familiares y por los míos".

Todos ven la vacunación como «el principio del fin» del miedo, aunque ayer también hubo quejas en el ferial, como la de una viuda, madre de un gran dependiente de 28 años que criticaba que vacunen a un cuidador que va una hora diaria a su casa y no a ella, que está «las 24 horas. Él pasó la covid y yo he tenido pánico a contagiarme, a ver quién le cuidaba». Tiene 62 años y le han dicho que tendrá que esperar "a que me toque".

Los hermanos Raúl y Víctor Domínguez, los únicos con taxi adaptado de Plasencia, también se quejaban ayer de que no daban abasto con los servicios al tener que esperar 20 minutos con el paciente tras la vacunación. Ambos tenían ayer siete servicios, algunos en poblaciones como Malpartida, Carcaboso o Valdeobispo.

Cruz Roja también se ha ofrecido a trasladar a personas convocadas, según explicaba María Luz Rubio, directora de Enfermería de Atención Primaria del área de salud de Plasencia. Según sus cálculos, estaba previsto administrar a 150 cuidadores y 93 dependientes las vacunas de Pfizer y AstraZeneca. Un médico, cinco profesionales de Enfermería, una auxiliar y seis voluntarios de Protección Civil se encargaron de organizar el circuito para poder hacerlo. El ayuntamiento ha cedido la instalación y se encargará de su limpieza.