Una medida provisional, pero suficientemente segura, para poder reabrir el mes que viene. Eso es lo que está acometiendo el ayuntamiento en la piscina climatizada, según ha podido saber este Periódico de fuentes municipales, una vez que el informe encargado a una empresa especializada rebajase el alarmismo creado por el deterioro de la cubierta.

El óxido, efectivamente, ha dañado algunas de las tirantas que la sujetan, pero con ese informe en la mano y la valoración de los técnicos municipales, el ayuntamiento ha optado por repararlas para poder reabrir en condiciones de seguridad y dejar para el verano otras reformas menos acuciantes. Así la previsión municipal es abrirla ya al público a lo largo de noviembre. "Desde luego antes de final de año", confirmaron las mismas fuentes, que lo que quisieron dejar fuera de toda duda es la seguridad de las instalaciones.

Sin embargo, y vista la polémica surgida por el retraso en la apertura, el concejal de Deportes, Enrique Tornero, prefirió ayer no hacer declaración alguna. Si bien de la vuelta a la actividad en la piscina que lleva, por cierto, su nombre de cuando fue campeón paralímpico de natación, están pendientes cientos de usuarios. La ausencia de información oficial ha marcado la gestión del problema causado por la falta de mantenimiento durante años, pero que ha estallado a la vuelta de las vacaciones tras desvelar la oposición que la piscina no se iba a abrir en meses a requerimiento de la inspección sanitaria de la Junta de Extremadura hasta comprobar si la cubierta era segura.

Fuentes municipales confirmaron ayer que la prueba de que es segura es que el propio ayuntamiento la va a abrir tras haber adoptado una medida provisional para reforzar la estructura. Ademá, y por estética se colocará un falso techo desmontable para cuando en verano se acometan reformas mayores dado que hubo que descubrirlo por completo para que la empresa especializada hiciera las catas correspondientes para emitir un informe que ha supuesto un coste de 11.000 euros.