Abollados, abiertos de par en par y con los cables colgando, tumbados, sujetos con una especie de cinta de embalar o directamente fuera de servicio son algunas de las modalidades de los pivotes hidráulicos instalados hace tres años para regular el acceso a las calles del centro. Supuso una inversión de alrededor de 230.000 euros procedentes del ya desaparecido Plan de Excelencia Turística y su deterioro es evidente mientras los usuarios dudan de que sea un sistema efectivo.

"Nosotros tenemos que llamar desde el móvil al 092 para que nos dé paso la policía". Lo dice un repartidor y lo confirman fuentes policiales porque la megafonía no funciona y el sistema de videovigilancia en la policía local ha pasado de una pantalla gigante a un monitor de quince pulgadas sin apenas nitidez. Los vecinos y servicios de emergencias disponen de tarjetas con mando a distancia, pero el acceso para el resto de conductores que necesiten llegar al centro se supone que es pulsando en el pivote. Los de Puerta Talavera y calle del Rey son los más castigados mientras los de Puerta de Coria y calle Toros apenas han funcionado y en la calle del Sol, para colmo, nunca llegó a sustituir al de hierro anclado en el suelo. En San Esteban se sube y se baja solo al paso incluso de los peatones. Tal es el panorama de un sistema que, según el ayuntamiento, debía mantener la empresa adjudicataria durante los tres primeros años. Al margen del criticado impacto visual de los armarios de acero inoxidable que almacenan el cableado. Ahora más con carteles pegados.