"No se trata de hacer ninguna caza de brujas, ni una persecución, sino de llevar a cabo un criterio de justicia y aplicar una normativa" con estas palabras argumentó ayer el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, su decisión de decretar el cierre de dos establecimientos de hostelería porque no cumplían la normativa. Uno de ellos es El Patio Chico, ubicado en una de las zonas donde se aglutinan varios locales de ocio nocturno: la calle Cartas; el otro --el bar O Carallo, situado en Obispo Varela, frente al centro de salud Luis de Toro-- ya ha normalizado su situación de irregularidad, según confirmó el alcalde.

"Hay una serie de licencias que hay que solicitar y una serie de normas que cumplir y eso es, exclusivamente, lo que el equipo de gobierno está solicitando, porque el descanso y el ocio deben convivir" al gremio de la hostelería, apuntó Pizarro, que subrayó que no tiene ninguna intención de cerrar establecimientos y que se destruyan puestos de trabajo.

En cuanto al decreto de cierre de El Patio Chico, Pizarro confirmó que se habían recibido las alegaciones interpuestas por su dueño y que se le ha solicitado que elimine la terraza "porque no es legal" (ya que está en un patio de luces) y que al establecimiento "le falta parte de la documentación" para obtener la licencia.

"Pedimos la colaboración de los hosteleros para hacer cumplir la ley" subrayó Pizarro, que destacó el trabajo que están llevando a cabo el concejal de Interior, José María Nisa, y la policía local para reforzar el control sobre el horario de cierre de los locales de ocio nocturno, así como sobre las licencias de apertura, después de que el gobierno local haya mantenido diversas reuniones tanto con los vecinos de la zona de intramuros, como con los hosteleros de la zona centro. "Nosotros estamos haciendo lo que otros no hicieron durante su mandato, impartir justicia" zanjó el alcalde.