El alcalde Fernando Pizarro, calificó ayer de "mala noticia" el cierre del centro de trabajo de la empresa INSA, que viene desarrollando trabajos desde el 2006 para Caja Extremadura, y el traslado forzoso de sus 40 trabajadores, en su mayoría al centro Cénit de Cáceres. Por eso, para intentar evitar la marcha del personal, el regidor solicitó ayer públicamente a ambas empresas "que busquen fórmulas para que se queden aquí los trabajadores".

El alcalde considera que este éxodo obligado de los empleados --que ya han manifestado su rechazo por el daño que supondría para la conciliación de su vida laboral y familiar-- se debe "al desmantelamiento de Caja Extremadura", ya que precisamente es la rescisión del contrato de servicios de la entidad con INSA la que ha motivado la decisión de la empresa de software de cerrar y trasladar a la plantilla en su mayoría a Cáceres dada la drástica reducción de la carga de trabajo en la ciudad.

"Yo ya conocía la situación y mi interlocución ha sido con la caja, a la que he pedido que haga lo posible porque se queden en la ciudad estos 40 placentinos, pero hay una empresa que decide y solicito a ambos que pongan de su mano los recursos necesarios que posibiliten que estos trabajadores se queden aquí".

Por parte del ayuntamiento, el alcalde se ofrece a hacer "lo que esté en mi mano, que tampoco son todopoderosas, vamos a ser realistas, y a participar en todo lo que yo pueda para intentar evitar los traslados".

De momento, INSA y los trabajadores mantienen abierto un proceso de negociación para acercar posturas dado que Caja Extremadura ya ha comunicado a la empresa la finalización del contrato de servicios el próximo diciembre. En unas dos semanas habrá una decisión.