Ocupaciones ilegales, robos, agresiones, venta de drogas, inseguridad vial, peleas de perros o uso de armas de fuego. Es la situación que viven desde hace años los vecinos del polígono de La Data y que han transmitido al portavoz del PP, Fernando Pizarro, que pidió ayer a la alcaldesa una solución urgente y consensuada a los problemas del barrio, calificado por los propios vecinos de "infierno".

Tras mantener una reunión con los responsables vecinales de Unadata, que engloba a las asociaciones de Gabriel y Galán y Rubén Darío, Pizarro hizo hincapié en que "se quejan de problemas graves y llegas a pensar que estás en una película, en un barrio marginal de Nueva York y no en Plasencia"; no obstante esa zona es conocida como el Bronx placentino.

Las denuncias vecinales las puso Pizarro en contraposición con las declaraciones de la alcaldesa tras la junta local de seguridad del lunes al decir que no había motivos de alarma social porque las denuncias vecinales se habían investigado sin ningún resultado. Ante esto, el portavoz del PP advirtió de que "los problemas no son ninguna entelequia sino una realidad porque los ciudadanos no mienten. La junta de seguridad ha servido para justificar la lavada de manos de la señora Blanco".

Así, el portavoz popular manifestó la indignación de los vecinos por las palabras de la alcaldesa: "Dicen que cómo es posible que no vea motivos de alarma cuando denuncian a diario ocupaciones y venta ilegal de viviendas sociales", que cifran en el 50% del total de 321. A esto sumó, con denuncias por escrito en la mano, los robos; agresiones a un niño de seis años y un joven de 17; venta y consumo de drogas; botellones ; incendios permanentes; inseguridad vial y falta de control policial que propicia las carreras de coches o que adolescentes conduzcan vehículos; peleas de perros o uso de armas en lugares públicos.

VIVEN AMENAZADOS Por todo esto, hizo hincapié en que los vecinos tienen miedo hasta de bajar la basura a las diez de la noche y miedo de aparecer públicamente ante posibles represalias contra sus viviendas o familias porque de hecho "ya viven amenazados". Como ejemplo, dijo que durante la reunión tuvieron que permanecer con las persianas bajas y marcharse rápidamente al final para no ser vistos con los responsables vecinales.

Ante esta sensación de inseguridad manifestada por los vecinos, que piden "justicia para la zona norte", Pizarro reclamó al equipo de gobierno atajar ya el problema "por una cuestión de justicia social". "Esta es una situación histórica, todos tenemos parte de culpa y hay que tomar medidas concretas entre todos, sentarse en una mesa y dar soluciones. Nosotros no nos lavamos las manos, queremos participar de la solución del problema, pero la tiene que aportar el equipo de gobierno", sentenció.