Una plaga de tordos que lleva sufriendo el parque de los Pinos desde hace dos años provocó la noche del lunes que se cayeran varias ramas de árboles que no han resistido la acción corrosiva de las defecaciones de los pájaros ni su peso. También apareció hundida parte de la cubierta del palomar y los operarios municipales se dedicaron ayer a cortar las ramas que estaban a punto de caerse. La concejala delegada, Carmen Blázquez, indicó ayer que es "otro incumplimiento de la empresa de jardines que tenía que haber tenido controlada la plaga" y rechazó la solución que aporta ahora la concesionaria porque "es una máquina que pega petardazos y puede asustar a todos los animales". Amigos del Parque le ha propuesto soltar un halcón para lograr el mismo efecto.