El viejo molino de San Lázaro ha sido rehabilitado para uso turístico y ayer fue abierto al público, que podrá conocer cómo funcionaban los molinos.

Unos paneles informativos explican los utensilios expuestos en el edificio junto a una exposición de barcos hecha a mano por Juan Ramos Paz.

La rehabilitación, que ha costado 36.000 euros, forma parte del Plan de Excelencia Turística, cofinanciado por el Gobierno central, la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Plasencia. Esta obra, junto con la reordenación de la plaza de la Cruz Dorada, aún por terminar, pondrá fin a este plan puesto en marcha en la legislatura pasada.

El llamado centro de interpretación del agua, que fue inaugurado por la alcaldesa, Elia María Blanco, y por Raquel Puertas, concejala de Turismo, tiene una larga historia.

Hasta principios del siglo XVI fue propiedad de Pedro de Cepeda, quien lo dejó en herencia al hospital de la Merced. En 1588, dicho hospital lo vendió al colegio de la Compañía de Jesús. Tras la desamortización de bienes de Mendizábal y la expulsión de los jesuitas de España, pasó de nuevo a manos particulares hasta 1972, cuando lo adquirió el ayuntamiento por 400.000 pesetas, con Serrano Pino alcalde.

Desde ayer, el público puede visitar, entre las 12.00 y las 14.00 horas y de 18.00 a 19.00, el molino de San Lázaro, que se suma al circuito turístico y acerca la ciudad al río Jerte.