Nos sentimos abandonados y desbordados en el día a día». Lo afirman los trabajadores del centro residencial los Pinos de Plasencia, con una plantilla de unas 120 personas que atienden a enfermos de alzhéimer. Muchos se han manifestado esta semana para pedir soluciones a la Junta. Lo hicieron antes de que la crisis por el coronavirus tomara la dimensión actual y, aunque entienden que la prioridad de Sanidad ahora es el covid-19, sus demandas no han cambiado.

«Desde hace años, sufrimos diversas deficiencias, que en el mejor de los casos, se parchean temporalmente, lejos de darle una solución definitiva», afirman.

Sobre todo, subrayan que la falta de medios humanos «es ya insostenible». Porque, en su caso, trabajan «con pacientes que generan una gran demanda de cuidados puesto que, al envejecimiento fisiológico normal, se añaden dificultades de comunicación, alteración de conducta, miedos, rigideces musculares y otras características del alzhéimer».

Aseguran que esto implica «una mayor carga de trabajo, tanto física como emocional y nos vemos desbordados». Tanto es así que se produce «un aumento significativo del número y duración de bajas por incapacidad, que tardan en cubrirse», por lo que los trabajadores, por necesidades del servicio, están viendo anulados sus días libres y acumulados, que se acumulan y no pueden disfrutar.

A su vez, consideran necesario disponer de más tiempo para «dar la calidad asistencial» adeducada a los enfermos en cuanto a cuidados, «indivualizados y variables en cortos periodos de tiempo».

Critican también la falta y mal estado de medios materiales en todos los colectivos como carros de lencería «inapropiados», falta de reposición en ropa de cama, de provisión de vestuario, de medidas de protección, sillas y sillones en mal estado, escasez de material e instrumental de enfermería y limpieza insuficientes...

Instan a la Junta a que solucione las deficiencias por una mejor atención a los enfermos.