Decepción y escepticismo. Son los sentimientos de la plataforma de vecinos afectados por el botellón del Berrocal, que han recibido con críticas las medidas anunciadas a los jóvenes por la alcaldesa. Para Manuel Sanz, portavoz del colectivo, los cambios anunciados mientras dure la celebración en el Berrocal "no servirán absolutamente para nada y recordamos que es ilegal allí y lo siguen manteniendo y ya llevamos ocho años de ilegalidad", subraya.

"Nos da igual trasladarlo 50 metros más allá que más acá", señala en alusión al traslado a la zona de atracciones, porque su principal problema son los actos vandálicos de jóvenes que practican el botellón y, en este sentido, tampoco confían en la medida de cerrar al tráfico la entrada y salida más cercana a sus viviendas. "Porque los actos vandálicos se cometen a pie, no los hacen desde el coche".

En este sentido, sobre la medida que podría atajarlos, la vigilancia policial, es claro: "No me creo que vaya a haber una vigilancia policial permanente, ya creemos en la justicia, en los políticos no".

Solo atisbaría el fin de sus problemas "si se multiplicara la vigilancia" porque recuerda que su oposición al botellón se debe a que "el ayuntamiento no ha cumplido con su obligación de protegernos de los vándalos". En respuesta, señala: "se lo vamos a agradecer en las elecciones, que les pidan el voto a los jóvenes".