La asociación de comerciantes de la plaza de abastos hizo ayer el último intento pacífico de ser escuchados por la alcaldesa, pero su negativa a recibirles les convenció de que se harán oír el próximo día 27, en plena campaña navideña, cuando cierren sus puestos y salgan a la calle a manifestarse contra el plan de peatonalización del centro.

"Hemos venido --explicó su presidente, Alfonso Llorente Sete -- con intención de no tener que manifestarnos, pero la alcaldesa no ha cumplido la palabra que nos dio hace quince días de que en cuatro o cinco nos daría respuesta a nuestras peticiones y encima hoy no ha querido ni recibirnos".

Precisamente, ayer se presentaron por sorpresa en el ayuntamiento acompañados por un buen número de hosteleros de la plaza Mayor que llevaban su propia queja contra la prohibición de aparcar mientras que los afectados de la plaza del mercado insisten en que haya dos calles de entrada y dos de salida cuando empiecen a funcionar los pivotes magnéticos. "Están matando al centro y jugando con el pan de nuestros hijos", subrayó uno de sus portavoces. Así las cosas, han llamado a la movilización de cuantos se sientan perjudicados.

NI TAXIS NI POLICIA Hasta tal punto lo creen así que lanzaron el mensaje de que están dispuestos a abandonar el centro si el ayuntamiento construye otra plaza de abastos en el entorno de Carrefour o en la avenida de Salamanca conscientes de que "hay más movimiento allí que en el centro", tras lo cual se preguntaron "quién va a venir aquí con todo cerrado con pivotes".

Ayer, los representantes de la plaza de abastos no estaban ya solos. La orden del edil Blas Raimundo de hacer cumplir rigurosamente la prohibición de aparcar en la plaza ha levantado a buena parte de los hosteleros que denunciaron que "la policía está poniendo multas a destajo porque empiezan a las nueve de la mañana en hora de carga y descarga" y unos y otros advirtieron: "Si no se puede aparcar en la plaza no vamos a permitir que lo hagan la policía y los taxis".