Un gallinero pareció por momentos el jueves el pleno más visto de la historia local porque a buen seguro se aupó ganador en el ránking de audiencia de las televisiones locales. ¿Hay alguien en Plasencia que no viera el pleno en su casa? La incontinencia verbal de sus señorías y el griterío del respetable dejaron chica a la telebasura en el salón llamado en democracia a más altos niveles de debate. La alcaldesa no cumplió su advertencia de tener que desalojar la sala y nerviosa, dio por levantada la sesión tantas veces como otros se lo pasaron literalmente por el forro hasta que hubo quien la recordó que todavía quedaban por escucharse los ruegos y preguntas de la oposición.