Segunda movida promovida por el ayuntamiento a cuenta del puestecito en Caja Extremadura. Porque a Félix Dillana se le ha vuelto a atragantar y no por culpa del PP. Verán, el primero que vetó al diputado regional y vicepresidente de Caja extremadura para seguir de consejero fue quien se jactó de llamarle en público el padrino del PSOE de Plasencia, Victoriano Durán, que amenazó con abandonar el pleno si la alcaldesa osaba proponer su nombre. Por miedo al látigo regionalista, se coció el recambio en el chalecito de donde salió el nombramiento de la edil Carmen Blázquez para caldeo del portavoz del gobierno, Pablo Sánchez del Mazo, porque no había sido invitado a la mesa del padre, pero sí a la barra del bar donde no tardó en reunirse otra familia socialista que no vio con buenos ojos la maniobra dillanista. Pero ete aquí que le dan con la puerta en las narices en el atajo de cómo mantenerse de cajero sin que se note que Durán es mucho Durán. Que en todas las familias cuecen habas y menos mal que nos queda el ayuntamiento, que para prórrogas es el único camino. Pero las segundas partes nunca fueron buenas: Orquestamos la renuncia de la edil por motivos personales y ahora sí proponemos a Félix Dillana, que a Miguel López Bueno, el último concejal de la cuerda del senador socialista Juan Antonio Alvarez --exahijado del padrino al que ahora llama cacique-- le leemos la cartilla y Durán resulta no ser tanto Durán. Pero la oposición se niega a ser comparsa cuando había pactado el sí a Dillana en el primer pleno donde quien le vetó fue Victoriano Durán. A mí tampoco me gusta el carnaval y menos cuando nos cuesta 2.700 euros ponerse el pleno por montera.