La policía local tiene datos de que en los autobuses de transporte escolar, que utilizan a diario entre 600 y 700 estudiantes de colegios e institutos, hay casos de acoso escolar. Para detectarlos a tiempo, atajarlos y evitar que se produzcan nuevos casos, la Concejalía de Interior y Educación se han unido para pedir la colaboración de los conductores.

Una veintena de conductores y auxiliares de autobús que hacen trayectos tanto locales como desde las comarcas recibieron ayer de los ediles Francisco Martín y Flor Prieto y del intendente Enrique Cenalmor, las claves para detectar tanto el acoso verbal, como físico, social o racial. Les pidieron su colaboración para advertir de cualquier caso a la policía local, que controlará periódicamente estas situaciones y acudirá a los autobuses cuando sea necesario.

Porque el acoso durante el trayecto de casa al centro escolar o viceversa "ocurre", señaló Martín. Este quiso ser prudente y no desvelar los datos de que dispone la Fiscalía, mientras Cenalmor ratificó que la policía tiene conocimiento de casos de acoso gracias a un estudio previo y a las informaciones de los propios conductores. Aún así, Prieto quiso enviar un mensaje de tranquilidad: "No hay casos graves y están dentro de la normalidad, pero sí hay muchos silencios, algunos alumnos viven el acoso en silencio y lo cuentan muy tarde y eso es lo que tenemos que romper", subrayó.

Por eso, ayuntamiento y policía local han pedido la colaboración de los conductores, ya que "ellos son los responsables de mantener el orden en el autobús, tienen que tomar las riendas porque algunos agresores piensan que tienen el terreno abonado en estos vehículos", advirtió Cenalmor.

A los conductores les han facilitado los teléfonos de la policía, correos electrónicos y demás contactos para que "haya tolerancia cero. No queremos que ningún niño sufra acoso escolar y sí que el autobús sea también un espacio de seguridad", en palabras de Martín.

De ahí que este volviera a reivindicar la "participación activa de los ciudadanos", en este caso de los conductores, lo que ratificó la concejala de Educación: "El objetivo es que los conductores sean cómplices y conscientes de que la educación no solo termina en el centro escolar. Los conductores y acompañantes deben tener los ojos bien abiertos para detectar cualquier situación anómala".