La policía local de barrios empezó a funcionar el verano pasado con sólo dos agentes motorizados, acaba de reducirse a uno y puede llegar a desaparecer por falta de plazas. Lo que ocurre es que la denominada Unidad de Atención Ciudadana no está catalogada como tal y patrulla cuando no surgen otras necesidades mayores.

Fue una invención de la jefatura y de la anterior concejalía de Interior durante la pasada legislatura al igual que la adscripción de un policía a la grúa, pese a tratarse de un servicio privatizado, y que ha terminado por desaparecer.

MODELO A REVISAR Mientras tanto, el ciudadano puede ver a un agente motorizado recorriendo las calles, puntualmente a dos si las necesidades de servicio permiten a la jefatura agregar a otro policía de turno o a ninguno, lo que hace necesario revisar el modelo de la policía local de proximidad. El heredado por la actual concejal delegada, Josefa Pérez Camisón, se creó con la idea de que dos policías pasaran consulta en las sedes de las asociaciones de vecinos del Pilar, La Data y San Miguel para tomar contacto con los ciudadanos.

Los sindicatos entienden que primero hay que crear la sección policial y después dotarla de plazas por concurso interno para garantizar su funcionamiento como se hizo con la policía fiscal. Advierten de que ya faltan plazas de por sí en la plantilla de la policía local, que es de 58, y consideran que habría que aumentarla en un mínimo de ocho para que los turnos pasaran de ocho policías a once.