Hasta el día 30, aquellos que circulen en un ciclomotor con el escape trucado se podrán topar con un control sorpresa de la policía local, que les impondrá una multa de 36 euros e inmovilizará el vehículo para su traslado a Capote. Es lo más novedoso de una campaña promovida por el ayuntamiento, que ha sido sensible a la demanda de los vecinos, hartos de los ruidos que generan estos escapes y más ahora en verano.

Precisamente, el concejal delegado, Blas Raimundo, ha decido poner en marcha esta campaña --que se inició el sábado-- porque "con la llegada del verano, se mueven más ciclomotores por la ciudad al no tener clase los jóvenes", algo que conocen muy bien los vecinos de la avenida Juan Carlos I y aledaños, donde el tráfico de motocicletas es intenso "y más ahora en que dejas las ventanas abiertas por la noche y se te mete el ruido de la motito en casa", advertía la semana pasada un residente.

La propia ordenanza antivandalismo recoge sanciones por estos ruidos, pero hasta ahora no se había hecho control alguno, ya que además, el ayuntamiento no cuenta todavía con un sonómetro para medirlos. Sin embargo, el edil aseguró: "Se va a revisar que las motos no tengan escape libre y eso es fácil porque se ve a simple vista que no llevan el tubo de escape".

Pero el ruido será sólo uno de los aspectos que va a vigilar la policía en esta nueva campaña de controles, donde también volverán a sancionar por no utilizar de forma correcta el casco (48,08 euros) o no llevar la documentación en regla. Los controles estarán repartidos por distintos puntos de la ciudad y se harán en horarios diferentes.