Gracias a los policías tutores se ha arreglado todo. Estábamos desesperados, nos sentíamos impotentes y gracias a su intervención, nuestro hijo está integrado, contento y ahora hasta le da pena que se acabe el curso". Lo dicen los padres de un menor de 15 años que durante tres ha sufrido acoso escolar en el IES Gabriel y Galán.

A raíz de las últimas informaciones de otros casos en la región, estos padres, que prefieren guardar el anonimato, han querido contar su caso para ensalzar la figura del agente tutor. Porque fue decisiva para que su hijo dejara de ser acosado. "Hemos oído que quieren hacer desaparecer a estos agentes y estamos en contra y queremos concienciar a las asociaciones de padres de lo importantísimos que son".

Su hijo entró en el instituto con 11 años y ya en el primer trimestre empezó el acoso. Tuvieron la suerte de que "él mismo nos lo cuenta". Y les cuenta que le insultan, "le llamaban maricón, le decían que si tenía vagina, que se fuera al vestuario de las chicas...". Les cuenta que le amenazan a través de notas (que conservan), que le tiran el estuche o bocadillos, que le roban y que un día, le pegan.

NO COME, NO DUERME Entonces, baja el rendimiento escolar, "no come igual, no duerme igual, no quiere ir al instituto, no quiere salir solo a la calle". Los padres hablan con la tutora y "nos dice que habían hecho un contrato de amistad y que eran bromas, tonterías, que no nos preocupáramos", explican.

Estos padres se quejan del trato que recibieron por profesores, tutora, orientadora y la dirección del centro de aquel entonces porque "llegaron a decir que mi hijo se lo inventaba y que le cambiara de instituto".

Lo sopesaron, sopesaron cambiarle, llevar al chico al psicólogo, "nos lo planteamos todo. Estábamos desesperados". Y en mayo del 2013 deciden hablar con el policía tutor del centro, que habló con unos y otros. El menor comenzó el segundo curso y el acoso "se paró y no fuimos al final a juicio por el niño, para que no tuviera que pasar por eso y porque había parado".

Pero en el tercer curso, en el primero trimestre del curso que ahora termina, otro grupo de chicos le vuelve a pegar y vuelve a intervenir el policía tutor y, además, el intendente de la policía local. Fue entonces cuando "en una semana, se arregló todo". La policía dio charlas a los alumnos y habló con todos los padres. Según explica además el intendente, hubo una total coordinación con el nuevo equipo directivo, del que los padres no tienen ninguna queja, como tampoco de los profesores y el tutor actual de su hijo.

"Los chicos lo reconocieron y pidieron disculpas. A veces, los padres de los otros chicos no lo saben, pero los anteriores, nunca vieron nada, nunca oyeron nada, es indignante".

El menor no ha vuelto a tener problemas. "Está integrado, habla con todos los compañeros. Ahora tiene que recuperar asignaturas y todavía le da miedo salir solo a la calle, pero el calvario terminó". Por eso y porque "sabemos cómo se pueden sentir otros padres", apoyan y apoyarán siempre la figura del policía tutor.