Mientras el ayuntamiento pone a la policía local a realizar controles de documentación de vehículos a los ciudadanos en el casco urbano, los agentes se han negado ya a coger los coches policiales por el mal estado en el que se encuentran. "Frenan mal, tienen la suspensión como para coger un bache, las sirenas no funcionan, los asientos están hundidos ¿sigo?".pregunta un portavoz de uno de los turnos "Así es que nosotros le hemos dicho al concejal que no pensamos volver a cogerlos e incluso alguno lo ha hecho ya por escrito", añaden.

Lo hizo, según ha podido saber el PERIODICO, para justificar que si dejó de hacer un servicio que le había sido asignado fue porque sólo estaba disponible uno de los Peugeot 306 que ya fue desahuciado el año pasado por la entonces concejala delegada Josefa Pérez Camisón. "Si el ayuntamiento no cuida de mi seguridad --explicó ayer-- ya lo hago yo por mí".

De hecho ese Peugeot, junto a los otros dos de la flota policial, pasaron varios meses en el depósito municipal de Capote hasta que un buen día de noviembre reaparecieron en la plaza Mayor, donde siguen aparcados la mayor parte del tiempo.

POLEMICOS ANTECEDENTES Sólo uno fue dado de baja y los otros dos reparados para volver al servicio mientras el portavoz de gobierno, Pablo Sánchez del Mazo, anunciaba en el pleno que, en breve, iban a ser jubilados por vehículos nuevos, porque reconocía que "zarrios son --dijo entonces-- pero son lo que tenemos desde hace años y prefiero tener zarrios a nada". Los sustitutos tardarán unos tres meses en llegar porque hasta ahora la junta de gobierno no ha aprobado su adjudicación a Divene.

No es el único retraso porque en Fuentes sigue, desde hace al menos cinco meses e incluso matriculada a falta de pago, la Yamaha de gran cilindrada que le encargó también Camisón en el 2003 mientras las otras dos motos, como dato anecdótico, necesitaron una puesta a punto para poder circular cuando vino la Vuelta Ciclista en septiembre.

El resto del parque móvil policial lo componen dos scooter y un furgón en relativo buen estado, un Seat Toledo con al menos diez años encima y una furgoneta para la vigilancia de obras. Ahora usan también para patrullar el vehículo cedido para control de alcoholemia.

El plante policial coincide con la inauguración de los siete autobuses urbanos que han costado a los placentinos 1,2 millones y que explotará la cooperativa. Mientras, los agentes han usado sus propios coches para auxiliar en accidentes como en las inundaciones de Los Pitufos.