Victoria Domínguez devolvió ayer la pelota al tejado de su partido al negar rotundamente que haya sido la responsable de haber impedido la moción de censura por no haber manifestado una postura clara: "Yo no tengo la sartén por el mango, yo no tengo que decidir, sino mi partido, pero en ningún momento he tenido indefinición", puntualizó.

Aún así, acto seguido señaló: "Nunca he dicho ni sí ni no sobre la moción, no me he pronunciado jamás ni he hablado jamás de candidatos".

Domínguez también rompió ayer su silencio con el objetivo de "terminar con este espectáculo" y limpiar la imagen pública del PP, aunque fue un paso por detrás de su partido porque aún dio por abierta la posibilidad de la moción al anunciar: "He pedido al PP que me dé instrucciones políticas y por escrito tanto a mí como al grupo municipal referente a la moción y cuando eso suceda, entonces daré a mi partido por escrito mi opinión".

Domínguez negó que el partido le hubiera advertido "ni oficial ni extraoficialmente" de la posibilidad de retirarle la portavocía o abrirle un expediente si no apoyaba la moción con Fernando Pizarro como candidato y también que se le hubiera informado de la decisión de no presentar la moción. Sin embargo, fuentes del PP aseguraron ayer que la dirección provincial sí le comunicó su postura tras la reunión del lunes y el posible cambio de portavocía y apertura de expediente.

Con todo, Domínguez se mantuvo en que cuando el PP le dé instrucciones por escrito "no tardaré ni cinco segundos en contestarles y lo que tenga que ser, será".