"Este equipo de gobierno pondrá al servicio de las mujeres maltratadas un espacio para que estén protegidas durante el tiempo que establece la legislación" subrayó el primer edil, Fernando Pizarro, para anunciar que Plasencia volverá a contar, antes de que acabe este año, con un centro de emergencia para mujeres maltratadas.

Se trata de "recuperar una herramienta social muy importante, desaparecida durante la anterior legislatura" argumentó el alcalde, indicando que los trámites burocráticos para conseguir que en unos meses vuelva a funcionar, ya están en marcha.

El piso para mujeres maltratadas fue cedido por la Junta de Extremadura en 2006 y cerrado en 2008, porque el gobierno regional habilitó un centro de orientación psicológica que acogía, de manera temporal y en momentos de crisis, a las maltratadas y a sus hijos menores de edad.

En 2010 este servicio dejó oficialmente de funcionar, pero en marzo de ese mismo año unas facturas de teléfono, que ascendían a casi 2.000 euros, desvelaron el uso indebido de este espacio durante meses, lo que desató la polémica entre los grupos políticos de la corporación local, así como una investigación policial, que quedó zanjada hace apenas un año, sin que el anterior gobierno municipal diera a conocer quién o quiénes permitieron el uso de ese espacio.