A cuatro días de la tradicional salida al campo para asar las castañas, la presa del Jerte está convertida en un auténtico basurero con restos de domingueros desparramados por el campo y, sobre todo, botellas rotas de cristal y latas de plástico.

Así el concejal Blas Raimundo ha ordenado a la brigada municipal de caminos que realice hoy mismo una batida para dejar limpio tan concurrido paraje natural sin olvidarse de hacer un llamamiento al civismo a los usuarios porque cada limpieza le cuesta al ayuntamiento 700 euros, según calculó el edil en personal. "Es de confederación hidrográfica, pero lo asumimos nosotros porque son muchos los placentinos que van a la presa". La última vez que se limpió fue antes de ferias para un campeonato de piragüismo.

MERENDEROS ARRANCADOS Entonces recuerda el edil que se recogieron hasta sillones abandonados. Ahora hay hasta cajas de cerveza y muchos cristales al pie de los árboles con riesgo evidente. No sólo eso. "También han arrancado de cuajo merenderos de los que puso Plácido y se lo habrán llevado para casa". Raimundo se refiere a la inversión del edil de Parques del PP para dotar de mobiliario urbano a la presa aunque contenedores no hay más que uno. "Pero viendo esto a nosotros se nos quitan las ganas de invertir ahí".