"El que no es un buen lector, no puede ser buen escritor". Esa fue una de las máximas que ayer el poeta local Alvaro Valverde compartió con los más de 100 alumnos que ocuparon el salón de actos del instituto Parque de Monfragüe, a quienes animó a buscar su "propia voz", en el que fue el primero de los cuatro encuentros con escritores del Aula de Literatura José Antonio Gabriel y Galán de este curso escolar.

En su caso, la autenticidad de su obra proviene de que cree que "lo que no es autobiográfico está ya inventado", y leyó algunos ejemplos que pueblan sus escritos, con poemas dedicados a sus recuerdos de infancia y adolescencia, "a cada casa en la que he vivido", lo que le permitía "tomar aire" ante las situaciones a las que debía hacer frente.

Fruto de recuerdos, aunque no son los suyos, es su último poemario, Más allá, Tánger , en el que cuenta la vuelta de su mujer a su ciudad natal después de 40 años de ausencia, ya que lo tuvo que abandonar a los siete años, una situación que el poeta contrapone a sus propias impresiones como visitante primerizo en dicho lugar.

A sus recuerdos dedicó gran parte de la charla el autor, que explicó a los jóvenes presentes en el salón las circunstancias que lo condujeron a compaginar su labor de docente con la creación de poesía, desde sus primeros roces con ella, a través de un poema de José María Gabriel y Galán, Lo inagotable , que le hicieron declamar en el Teatro Alkázar "de memoria y con seis años".

También tuvo palabras de gratos recuerdos para José Manuel Caballero Bonald y Gerardo Rovira, artífice, este último, de la pasión de Valverde por la lectura. Contó que su primera impresión fue "cuando le vi subido a la tarima, tan joven, y lo confundí con algún compañero nuevo", pero, más tarde, comprendió que "si alguien tan joven ponía tanta pasión, sería porque la literatura podía ser un campo que mereciera la pena explorar". Una exploración que hizo "a tontas y a locas", acertando y errando, "este autor me gusta, este no".

Una faceta suya que asegura que se ha quedado atrás es "el Valverde novelista", ya que, según su parecer, "un novelista necesita serlo a tiempo completo", mientras que una poesía "se puede escribir de una vez", una consideración que redujo a que, en opinión de Valverde, "la poesía es mucha más inspiración que transpiración".