El primer tramo del bulevar de Cañada Real está ya sólo a falta de remates y el siguiente sigue en el aire porque todavía no hay proyecto ni fondos reservados y la negativa de las monjas del asilo a vender unos mil metros del jardín lo condena a un ´cuello de botella´. Pero la concejala de Urbanismo y Obras, Mónica García, es optimista y asegura que la segunda fase se acometerá a lo largo del año para terminarla esta legislatura "con o sin estrecharse a la altura del asilo".

La concejala dejó así una puerta abierta a un posible entendimiento con las monjas, aunque sin más explicaciones, pero en todo caso advirtió de que el gobierno municipal no renuncia a llevar adelante su proyecto estrella del programa electoral. "Que no haya una partida con nombre y apellidos en el presupuesto municipal no quiere decir que no se pueda asignar dinero a la segunda fase" señaló.

MIRANDO A EUROPA La primera, sin embargo, contó con 300.000 euros en los presupuestos del 2005 procedentes de fondos europeos y para la segunda el ayuntamiento también solicitó una subvención a Europa que la concejala afirma que todavía no ha contestado. "Si falla esa vía creo que el ayuntamiento puede asumir la segunda fase en solitario" e insistió en que "ya estamos perfilando un anteproyecto viendo la posibilidad de conectar ambos tramos salvando el obstáculo del asilo y este año sacaremos el proyecto a concurso".

El primer tramo partió de Donantes de Sangre hasta una mínima parte de Cañada Real, pero ya ha merecido críticas de vecinos que están dispuestos a dar guerra por el desigual número de pasos de peatones pintados a ambos lados del paseo central. También por las reducidas dimensiones del carril bici.

Aunque ni la asociación de vecinos de La Data ni la de Cañada Real se han pronunciado en contra, lo que ha rentabilizado el ayuntamiento minimizando las voces críticas. En principio sobre todo por la eliminación del pequeño jardín donde se levanta el monumento de León Arenas.