En la prisión de Cáceres se encuentra ya un hombre que el jueves estaba en los juzgados a la espera de entrar en un juicio por violencia de género hacia su expareja y, según la policía local, quebrantó la orden de alejamiento y comunicación para acercarse a ella, abrazarla, darle un beso y decirle que la quería.

Aprovechó que el agente responsable de violencia de género había subido a la segunda planta para ver a una segunda víctima, aunque rápidamente le llamó la expareja del condenado para avisarle. Según la nota policial, el hombre confesó el quebrantamiento de la orden de alejamiento; dos abogados le alejaron de la mujer y los agentes de seguridad colaboraron en su custodia para que no abandonara el edificio. Finalizado el juicio, fue detenido y llevado a comisaría.