El anuncio realizado recientemente por el presidente de la Agencia de la Vivienda de que van a derribar los 64 pisos sindicales del Pilar para construirlos nuevos ha generado preocupación y temor entre muchos de sus vecinos. Tanto es así que la asociación vecinal que preside Juan Pablo Castiñeira ha mantenido una reunión con los residentes esta semana con el objetivo de tranquilizarles.

Castiñeira les ha aclarado que "no se les va a demoler nada, esta es solo una de las opciones que hay y al final serán ellos quienes decidan porque se hará lo que quiera la mayoría", explicó. Así, indicó que las otras dos opciones son arreglar las viviendas de la misma forma que se va a hacer con los pisos sindicales de La Data, o bien, dejarlas como están.

Esto ha calmado los ánimos de los afectados, ya que, sobre todo a los mayores les inquietaron las palabras de Corominas que, con motivo de la presentación de las obras en La Data, anunció que la baja calidad arquitectónica de los pisos del Pilar obligaba a derribarlos. Estas viviendas se construyeron en 1956 y son muchos los que viven en ellas desde entonces. Precisamente, según Castiñeira, son estos quienes "tienen miedo porque ven muy complicado el tener que irse a otro piso mientras les construyen el nuevo y también por una cuestión sentimental, porque ahí han nacido sus hijos, tienen sus cosas...".

Además, subraya que el 95% de los residentes de estas viviendas son ya propietarios y no la Junta y el resto lo será este verano porque se cumplen 50 años desde que comenzaron a pagar una renta que en junio y julio acabarán de pagar para pasar a ser dueños de los pisos.

LA DECISION MAYORITARIA Así las cosas, Castiñeira explicó que, una vez que la Agencia de la Vivienda tenga el proyecto en la mano, se lo explicará con pelos y señales a los vecinos y "hasta que no tengan información de todo, no tomarán una decisión". Tras la reunión de esta semana, dice que los ánimos se han calmado y, pese a que hay vecinos que se oponen al derribo, señaló que en general la mayoría lo ve con buenos ojos y al final, "se hará lo que decida la mayoría".

Eso sí, quedan muchas preguntas pendientes como si va a suponer o no un gasto para los vecinos cuando algunos cobran una pensión de 400 euros o cómo serán las viviendas que recibirán después.