Todos los que hemos pasado por la universidad popular de Plasencia estamos, cuanto menos compungidos, sin entender este desenlace. El alma de la UP, Julio Pérez González, ha abandonado su puesto de director para recuperar el de funcionario de rentas en el ayuntamiento.

Su trayectoria, intachable para muchos, nos ha dejado experiencias y momentos inolvidables que atesoraremos como vitales, parte ya de nuestra idiosincrasia.

Viajes organizados para conocer de primera mano la Plasencia cercana y oculta, a través de asociaciones de renombre como la de Pedro de Trejo, el Grupo de montaña Valcorchero o la Colectiva Errante, son tan solo ejemplos de la calidad de las personas que han compartido su talento, enseñanzas y conocimiento con todos y cada uno de los que, por interés o mera curiosidad, hemos sentido el deseo de acercarnos a este enclave y permitirnos el lujo de experimentar, de grandes figuras pero, sobre todo, personas, el regalo de aprender.

Con Ascapas descubrimos el lenguaje de signos, algo que tan de cerca nos toca (a algunos más que a otros) y que tan pocos nos atrevemos a explorar. Con el taller literario de Gonzalo Hidalgo Bayal, infinitas posibilidades literarias además de educación y personas que ya forman parte de nuestras vidas de distintos modos y alcance. Sin olvidar las ediciones de la Memoria Histórica de Plasencia y sus Comarcas.

Todas las artes han tenido cabida entre las paredes de esta vieja fábrica, cuyo impulso fue dado por el entonces concejal de cultura y hoy alcalde: Fernando Pizarro García-Polo. Gracias.

Entre los innumerables esfuerzos por construir y crecer está el afán de asociacionismo. El gran número de asociaciones nacidas en esta cuna ha dado lugar a increíbles beneficios culturales para la ciudad. Ejemplos serían la Asociación 24 fotogramas, una de las pioneras, que nos ha traído su Festival Plasencia Encorto o ACUDESPLA y su torneo de esgrima Ciudad de Plasencia.

La universidad popular sigue abierta, hoy a cargo de Yolanda Amor, mano derecha y fiel cómplice de esta maravillosa obra socializadora. La vida sigue y el nuevo curso comienza en breve. Quienes hemos intentado matricularnos en lo que más nos gustaba, conocemos las dificultades para conseguirlo, pues la demanda es desorbitada. El listón está muy alto. Agradecidos te despedimos, hasta siempre. H