A sus 79 años, Ciriaco Marcos va a diario desde que se jubiló en el 90. Va por libre y no lo hace por consejo médico. "Vengo --dice-- porque me viene muy bien el ejercicio", pero apela al beneficio de tantos usuarios como tiene esta piscina, muchos también mayores que proceden de los hogares. "Que piensen en el bien de tantos antes y no la cierren porque allí necesitamos transporte para desplazarnos". Este ganadero jubilado explica, muy pausadamente, que está tan céntrica que facilita el ejercicio a unos por puro placer, pero a muchos por rehabilitación o por aprendizaje. "Nos sentimos como en nuestra casa y estamos muy a gusto con el personal". Preguntado sobre cómo le afectaría el cierre, afirma: "Pues ni lo pienso porque allí tendría que coger medio de transporte y no podría ir a diario".