Ya lo ha advertido la federación de asociaciones de vecinos. Los placentinos empiezan a cansarse de los continuos robos que fuentes policiales atribuyen a toxicómanos mientras aseguran que están siendo detenidos, pero salen en libertad y vuelta a empezar. Es también la explicación oficiosa que han recibido representantes vecinales cuando se han quejado de la situación.

Comisaría no da datos oficiales ni de robos ni de detenciones y remite a la Delegación del Gobierno mientras crece la sensación de inseguridad ante una oleada de robos que dura ya meses. Salvo el perpetrado a finales de mayo en una entidad bancaria del polígono tras forzar otro negocio, seguido de un intento de robo en otro banco de Malpartida de Plasencia, el resto se han saldado con botines más pequeños e incluso ridículos para los daños que ocasionan y la alarma que generan.

Pero al que le toca, le toca. Recientemente al bingo, de donde se llevaron alrededor de 30.000 euros, pero también a las iglesias de San José y San Esteban aunque en esta solo causaron daños. Antes al matadero comarcal, al Hotel Azar, a la discoteca Moma, a diversas obras en construcción y así a numerosos establecimientos y en el interior de coches, incluso aparcados en garajes particulares. Hasta en un bloque han llegado a desmontar las ventanas para llevarse el aluminio además de los continuos robos de cables del alumbrado público y de bombonas de butano. La queja está en la calle.